La influencia de la tecnología sobre la organización y sus
participantes es muy grande, pero en resumen podríamos decir:
La tecnología tiene la propiedad de determinar la
naturaleza de la estructura organizacional y
el comportamiento organizacional de las empresas. Se habla de
imperativo tecnológico cuando se refiere al hecho de que es la tecnología la que
determina (y no influencia simplemente) la estructura de la organización y su
comportamiento. A pesar de lo exagerado de esta afirmación, no hay duda alguna
de que existe un fuerte impacto de la tecnología sobre la vida, naturaleza y
funcionamiento de las organizaciones.
La tecnología, esto es, la racionalidad técnica, se volvió
sinónimo de eficiencia. La eficiencia se volvió al criterio normativo por
el cual los administradores y las organizaciones acostumbran ser evaluados.
La tecnología, en nombre del progreso, crea incentivos en
todos los tipos de empresas, para llevar a los administradores a mejorar cada
vez más su eficacia, pero siempre dentro de los límites del
criterio normativo de producir eficiencia.
El diseño organizacional es profundamente afectado por la
tecnología utilizada por la organización: las firmas de producción en masa
con éxito tendían a ser organizadas en líneas clásicas, con deberes y
responsabilidades claramente definidos, unidad de mando, clara distinción entre
línea y staff y estrecha amplitud de control (cinco a seis
subordinados para cada jefe ejecutivo). En la tecnología de producción en masa
la forma burocrática de organización se muestra asociada con el
éxito.
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